Sep 15, 2023
Hovering Solutions

La ‘startup’ Hovering Solutions desarrolla drones que realizan mediciones exactas de espacios subterráneos

Al equipo técnico de ‘El tercer hombre’ le hubiera encantado contar con uno de los drones que desarrolla la ‘startup’ Hovering Solutions. Cuántos malos ratos se hubieran ahorrado de haber podido preparar la famosa escena de la alcantarilla, antes de poner un pie en ella, si hubiesen conocido de antemano cada recodo de aquel laberinto tan maloliente que Orson Welles se negó a rodar ‘in situ’. Hoy sería posible prepararla plano a plano desde cualquier despacho gracias a la minuciosa información que pueden facilitar los mapas en tres dimensiones de infraestructuras subterráneas realizados por los robots aéreos de esta firma, pensados precisamente para que un trabajador únicamente tenga que entrar en ellas cuando sea estrictamente necesario.

El promotor de la empresa es Fran Espada, ingeniero de telecomunicaciones que tras 12 años de experiencia en un centro de investigación dedicado al desarrollo de tecnologías para este tipo de entornos, en 2014 empezó a buscar una alternativa a los robots al uso en las tareas de inspección en túneles, minas, colectores de aguas residuales o centrales hidroeléctricas. «Hay partes de estas infraestructuras que, siempre que se pueda evitar, no deberían supervisarse en vivo. Además de que puede haber gases, la oscuridad no permite ver si el suelo -normalmente ya cubierto de barro o inundado- está despejado y, para colmo, no hay comunicación con el exterior. Sin embargo, muchas veces no hay más remedio que mandar a una persona porque introducir un robot con ruedas no es viable. En cambio, un vehículo que vuela no depende de las condiciones del terreno y puede abordar tanto escenarios horizontales como inclinados o verticales», explica.

Con esa idea, en 2014 empezó a trabajar en drones que, sin información previa, GPS ni luz son capaces de realizar mapeos y escaneos de entornos subterráneos y crear reproducciones digitales de gran precisión de éstos para comprobar, por ejemplo, el estado de las acometidas de un desagüe o los efectos de una reparación que en su día no fue documentada, «algo muy frecuente en instalaciones como las del alcantarillado, que son centenarias», matiza Espada.

Tipos de información

«Hay tres tipos de información que se puede elaborar a través de nuestros robots aéreos. La primera son imágenes panorámicas geolocalizadas, que son como las que nos ofrece Google Street View cuando vemos cómo se desplaza el muñequito a la derecha o a la izquierda por calles reales. Después genera un modelo tridimensional a partir de una nube de puntos. Esto permite, por un lado, conocer el trazado exacto que el túnel hace por debajo de la superficie -en conducciones antiguas muchas veces no se sabe si va recto o tiene meandros- y, por otro, tener un control de las dimensiones exactas de cada tramo de ese recorrido. Finalmente, con toda esta información se elabora un informe de patologías que indica qué defectos se han encontrado y dónde, y qué consecuencias funcionales o estructurales pueden tener», explica.

En el metro de Londres

Casi dos años después de empezar a trabajar en el proyecto, en 2016, su prototipo pasó una prueba de fuego al ser seleccionado en el proceso abierto a empresas innovadoras para participar en la construcción de la ‘Elizabeth line’, la nueva línea del metro de Londres. «Ahí es dónde constituí la ‘startup’, aunque después la inminencia del Brexit me animó a trasladarla a España. La empresa éramos el pequeño dron y yo, así que la mudanza fue sencilla», ríe hoy rodeado de un equipo de 15 personas que trabaja para firmas como Iberdrola, Sacyr, el Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia o el Canal de Isabel II y que aspira a pronto aumentar hasta veinte sus trabajadores.

La empresa, que el año pasado facturó 730.000 euros, acaba de cerrar una ronda de medio millón de euros y espera abrir otra a finales de 2024, ambas para posicionarse en el mercado exterior. Los días 17 y 18 de octubre presentará su proyecto en B-Venture, el evento de ‘startups’ organizado por EL CORREO que este año celebra su octava edición con el patrocinio del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, así como con la colaboración de BStartup de Banco Sabadell, BBVA Spark, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank y la Universidad de Deusto.