La ‘startup’ Zyon Helmets diseña un casco de moto que incorpora un filtro que protege de la contaminación y los alérgenos
Según las últimas mediciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente, la concentración anual de dióxido de nitrógeno en el aire de París es de 45 microgramos por metro cúbico, una cifra que multiplica por cuatro el umbral de la exposición segura para los seres humanos establecido por la Organización Mundial de la Salud. Ese aire es el que respiraba todos los días Tanguy Uzel camino de la Escuela de Ingeniería. Bueno, en realidad, en su caso era aún peor porque al desplazarse en moto estaba directamente expuesto a los humos de los tubos de escape de los coches, responsables de aproximadamente el 40% de la emisión de esos gases.
«En los vehículos no se nota que estamos rodeados de esos niveles de contaminación porque, salvo los que son muy antiguos, incorporan filtros de habitáculo que retienen el polen y las micropartículas suspendidas en el aire que pudieran entrar por el sistema de ventilación. Pero los moteros, que compartimos con ellos las vías de circulación, en cambio no tenemos ninguna protección», explica este joven ingeniero industrial que a su regreso a España decidió poner remedio a la situación diseñando un casco que su empresa, Zyon Helmets, pondrá a la venta el año que viene. Antes, lo mostrará al público asistente en B-Venture, el foro de ‘startups’ que EL CORREO organiza los días 15 y 16 de octubre.
«Hacer que el casco tuviera esta nueva misión era también una oportunidad para incorporar algo de innovación a un producto que lleva años sin variar su diseño, sin aportar ninguna novedad, pese a que tiene un público muy amplio que sí acogería nuevas tendencias. Sus fabricantes se limitan a enviárselos a las distribuidoras, así que no conocen realmente a sus clientes. No tienen un mail para ponerse en contacto con ninguno de ellos, por ejemplo, porque ni siquiera venden ‘online’. Así que nuestra idea es innovar en el producto, pero también en el modelo de negocio», explica Uzel.
Empecemos por el producto. Aquí, la gran novedad de los cascos que ha desarrollado Zyon Helmets, es que incorporan un filtro multicapa que protege tanto frente a la contaminación del aire como ante los elementos alérgenos. «La primera capa es hidrófuga, repele el agua; la segunda filtra sustancias que puede provocar reacciones alérgicas y las partículas finas, que son las que en gran medida se forman a partir de gases y resultan las más perjudiciales para la salud; la tercera es química, una capa de carbono activo que es un material poroso que tiene la capacidad de absorber gases, especialmente el dióxido de nitrógeno; y, la cuarta es un revestimiento protector, que además de evitar que el motorista esté en contacto con la capa de carbono activo filtra los posibles residuos del propio proceso. Lo hemos desarrollado junto a una empresa del sector, porque realmente lo que nosotros hemos patentado es el sistema que regula la aireación, lo que permite que el funcionamiento pasivo del filtro sea igual de eficaz cuando estás parado en un semáforo que cuando vas a 120 kilómetros horas por la autopista», detalla el cofundador de la ‘startup’.
Mejoras en el diseño
Junto a esta aportación decidieron hacer una más en el propio diseño del casco, «para hacerlos además de más sanos más seguros». «Hemos incorporado un sistema de protección de impacto que viene del mundo del esquí y del ciclismo y que se ajusta a la nueva homologación para los cascos de moto fabricados y comercializados en la Unión Europea. Para ello, hemos contado con colaboraciones clave como la ingeniería Cero Desing, que ya trabaja habitualmente con fabricantes de motos», destaca Uzel.
Y mientras él se responsabilizaba de la incorporación de innovación al producto, su socio, Guzmán Colilla, fundador de la agencia digital especializada en contenido deportivo The Crown Creators, pilotaba la definición del modelo de negocio. «Queremos estar más cerca de nuestros clientes de lo que lo están el resto de fabricantes, así que hemos optado por incorporar tecnología para que el caso sea inteligente. Cuenta con chip conectado a una aplicación móvil que nos va a permitir entender el uso que hacen de nuestros cascos y hacerles recomendaciones. Les podemos dar todo tipo de información sobre el rendimiento del filtro, además de indicarles, por ejemplo, cuándo tiene que cambiarlo o, incluso, cuando debe reemplazar el propio casco porque detectaría los impactos que ha sufrido y podría indicar si sigue siendo funcional o no. De hecho, podremos vender tanto cascos como filtros a través de la ‘app’», explica Uzel.
Zyon Helmets, que tras un año de desarrollo ya está en la fase de producción de los cascos, es una de las 25 firmas que los días 15 y 16 participarán en B-Venture, el foro de ‘startups’ organizado por EL CORREO en el Palacio Euskalduna que este año cumple su novena edición con el patrocinio del Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, entidades a las que se unen como colabores BStartup de Banco Sabadell, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank, Banco Santander y la Universidad de Deusto.
Mercados europeo y asiático
El casco anticontaminación desarrollado por la ‘startup’ Zyon Helmets está pensado, según sus promotores, para «un motorista que se mueva por grandes ciudades» y está dispuesto a equiparse con un protector de alta gama al que cada mes tendrá que reemplazar el filtro.
En el futuro, la empresa quiere licitar la tecnología que ha desarrollado para que fabricantes de otros tipos de cascos también puedan incorporarla a sus productos. Además, quieren llegar al mercado de asiático, a países como India, Indonesia, Filipinas o Vietnan, donde la motocicleta es un vehículo muy popular aunque «el público objetivo ya no sería el mismo que en Europa». «Lo más seguro que creemos una marca exclusiva para esa región», matiza Tanguy Uzel, su director general.
Zyon Helmets
Diseño, fabricación y comercialización de cascos para moto que incorporan filtros de aire.